Ayer estaba mi mujer acostada en el sofá tomando una sesión de magnetoterapia cuando ocurrió esto:
Cuando terminó la sesión de magnetoterapia, el gato se levantó tan tranquilo y se fue a otro sitio. Lo sorprendente es que el gato, "Kimi", se había tirado la noche anterior de la azotea de la casa (unos 8 metros) y estaba cojo de una pata y esta mañana se levanto sin cojear.
Juan carlos Domínguez Siemens
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