sábado, 11 de julio de 2009

El color, la personalidad y lo esperpéntico: de Michael Jackson al PP de Telde

 

Decía una persona mucho más vieja y sabia que yo, que los seres humanos admiramos el éxito sin darnos cuenta de que el éxito no es más que un síntoma de locura. Yo nunca estuve demasiado de acuerdo con esta afirmación y me negaba a aceptarla. Entonces él me explicaba que en realidad toda personalidad tiene una tendencia natural al desequilibrio.

Me lo explicaba utilizando un símil con los colores que capta el ojo humano. Aunque nos parezca increíble sólo existen tres colores básicos, el rojo, el verde y el azul. Mezclando estos colores sacamos todos los demás, pero la suma de los tres da: blanco.

Con los seres humanos me decía el viejo sabio ocurre lo mismo en realidad existen sólo tres tipos básicos, como caracteres puros (Intrínseco, Extrínseco y Sistémico) y el resto son mezclas. (Omito aquí la explicación de los caracteres pues no es el objeto de este artículo.)

Mi amigo y maestro seguía su explicación diciendo que en realidad el color perfecto es la suma de todos los colores, es decir, el blanco, pues eso indicaría que el sistema está equilibrado. Y sin embargo nosotros siempre estamos buscando el color, el tono, la mezcla, es decir, el desequilibrio del sistema, que es lo que nos resulta atractivo; mientras que el blanco nos resulta sumamente aburrido y exento de color.

Con los seres humanos ocurre lo mismo, un ser humano perfectamente equilibrado, nos pasaría desapercibido, pues como el blanco no habría nada de su personalidad que resaltase.

Conclusión: cuando alguien destaca con unas dotes excepcionales en alguna faceta de su personalidad, nos deslumbra por su colorido, pero seguramente tiene un grave desequilibrio en su personalidad.

Este es el caso de Michael Jackson, una figura impresionante musicalmente hablando. Un niño prodigio que revolucionó el panorama musical a nivel mundial, que brilló como el faro de Alejandría y deslumbró al mundo con su música.

Pero en lo personal… su vida fue un desastre, un niño traumatizado y lleno de fantasmas que no supo ser adulto. ¿Quién no ha sentido pena de este chico que no quiso aceptar el color de su piel? Un chico que se hizo hombre a base de bisturí y operaciones que lo llevaron a una muerte prematura, lleno de cicatrices, sin nariz, habiendo sido un auténtico cadáver en vida.

Pero la historia no lo juzgará por sus excentricidades, ni sus posibles inclinaciones pedófilas, ni tampoco por haber sido el divo que más donaciones hacía a favor de los necesitados. Porque siempre quedará su música y fue la música por lo que lo adoraron y todo lo demás fue accesorio, aunque algunas cosas sean deleznable.

Michael Jackson murió siendo una caricatura de sí misma, un esperpento, pero no sólo los seres humanos individualmente podemos llegar a serlo; también se llega en grupo a ser un esperpento.

Si no juzguen ustedes las actuaciones del PP de Telde y me explico:

Soy asiduo visitante de las playas de Telde, de hecho voy al menos una vez a la semana a Hoya del Pozo, playa que me encanta, (aunque me gustaba más cuando tenía chiringuito) voy acompañado de mi mujer y un grupo de amigos y amigas.

Esta semana leí en La Provincia y el Canarias7 el lío que se ha montado porque el PP de Telde quería prohibir el topless. ¡Carajo! (permítanme la expresión) es que es pa mear y no echar gota. Por eso he querido incluir este apartado como final del artículo. Y me dirijo directamente a los responsables del partido en Telde.

Soy votante del PP, lo soy porque no creo que sea “la derechona” franquista con la que amenaza el PSOE cada cuatro años. Pero la verdad es que cuando ustedes se parodian a sí mismos y se convierten en la caricatura que hace la izquierda de esa “derechona” meapilas, retrógrada y anclada en siglos pasados, se convierten en un esperpento tan difícil de digerir como el cadáver de Michael Jackson.

Hace cincuenta y tantos años hubo un obispo en la diócesis canariense llamado monseñor Pildaín, no sé si como obispo fue bueno, regular o malo, lo que sí sé es que ha pasado a la historia como el obispo que obligó a la juventud Canaria de su época a ir en albornoz hasta la orilla para evitar la tentación y el pecado.

El pecado no está en los cuerpos desnudos, ni en los pechos de una señora o señorita cuando va a la playa y hace topless, ni tampoco en los ojos inocentes de esos niños que supuestamente quieren proteger. El pecado está en ver pecado donde no existe ninguna maldad.

Creo que salir en medios de comunicación nacionales por algo tan absurdo, estúpido, lelo, tonto y arcaico como lo de la prohibición del topless, es hacerle un flaco favor a un partido que intenta a marchas forzadas zafarse de lo más casposo, ñoño y rancio del franquismo, para hacerse un hueco en la modernidad. Pero ¡carajo! (permítanmelo otra vez) que difícil debe resultar cuando se encuentra uno con titulares como este en el desayuno.

Lo peor es que con gente como ustedes la izquierda siempre tendrá argumentos de peso y el PP: a chupar banquillo, ganándose a pulso estar en la oposición.

1 comentario:

Angel Estrada dijo...

Juna Carlos: Estoy totalmente de acuerdo contigo, es mas, el PP debería tomar cartas en este asunto, es más, debería darles una lección de modernidad. La verdad que con estos politicos "pelotas" con quien ellos creen que van a subir un escalón, lo que hacen ayudar aún mas a la máquina propagandística de la izquierda. Con amigos así, quien necesita enemigos.
Un saludo, Angel