miércoles, 18 de marzo de 2009

La Entrevista (Capítulo V)

Capítulo V

Jesús habla de la Iglesia Católica del bien y del mal

 

P- ¿Y cómo logras eso? En tu propio nombre se han cometido las mayores tropelías de la historia. Fíjate si no en la Santa Inquisición que por defenderte a ti mató y torturó a miles de personas. O en las cruzadas…o…

R- Sí, sí, entiendo lo que quieres decir, pero no todo lo que se ha hecho en mi nombre era en mi nombre de verdad. La Iglesia Católica es una institución humana y cómo tal ha cometido muchos errores, de hecho en muchas fases de la historia ha hecho mucho más mal que bien. Pero no se la puede juzgar sólo por las cosas malas, también hay cientos de miles de mujeres y hombres en la Iglesia que entregan sus vidas por amor a los demás. Que se sacrifican y sufren por sus semejantes y dan cada día un mensaje de amor a su prójimo.

P- Entonces crees en la Iglesia Católica, o sea que estás de acuerdo con su doctrina y con la fe que profesan. ¿Por qué me dijiste antes que no eras católico?

R- Porque tú lo ves todo de manera excluyente. O eres católico o anticatólico, o eres musulmán o antimusulmán, o judío o antijudío y así etc etc. Yo no soy católico, pero tampoco soy anticatólico, cómo te dije antes, la iglesia es una institución humana que ha ido evolucionando y cambiando con el tiempo. Hay dogma y doctrina que en muchas épocas han sido incluso contrarias a mi mensaje. Pero eso no significa que siempre haya sido así. Ni siquiera significa que todos los miembros de la iglesia en los tiempos más obscuros estuvieran del lado de la obscuridad. Más bien al contrario una gran parte de la iglesia en los tiempos más oscuros conservaron y multiplicaron su propia luz iluminando este mundo. El bien y el mal conviven caóticamente y los que están del lado del bien muchas veces actúan como si pertenecieran a las fuerzas del mal y viceversa.

P- Eso no lo entiendo.

R- Te voy a poner un ejemplo práctico que lo vas a entender a la perfección. Tú has estado haciendo un reportaje sobre los centros abortistas. No existe peor crimen para la humanidad que sesgar una vida antes incluso de nacer.

P- No estoy de acuerdo con eso.

R- Lo sé, pero escúchame, déjame terminar. Durante estos últimos meses has conocido a muchas personas, médicos, enfermeros, mujeres que han abortado, gente que lucha a favor del aborto y grupos de antiabortistas. ¿Tú crees que el bien está a un lado y el mal en el otro? ¿De qué lado crees que me posicionaría yo?

P- Bueno, el tema es peliagudo, he escuchado a unos y a otros y es difícil saber quien tiene la razón.

R- No estamos hablando de razón, estamos hablando del bien y del mal como algo absoluto, sobre todo partiendo de la base del concepto de que la vida es sagrada. Pero no quiero que te hagas la cabeza un lío tratando de contestarme desde tus convencimientos intelectuales.

Mira… tú entrevistaste al Doctor Medina, él es ginecólogo, ayuda a traer vida a este mundo y sin embargo trabaja gratuitamente en una clínica abortista. Tú hablaste con él ¿Qué te pareció?

P- Pues ahora que lo mencionas me impresionó, es un hombre con un halo especial de bondad y muy querido por todos.

R- Pues entre tú y yo, el doctor Medina es un hombre santo bendecido por mi Padre, pero si eso se lo dijeras a un sacerdote te excomulgaría por hereje. El doctor Medina ha traído al mundo a miles de niños, con sus manos ha calmado el dolor a miles de parturientas, a cada bebé que nace lo coge entre sus manos y lo bendice antes de dejárselo a la madre. Pero el doctor Medina hizo una elección, la hizo tras ver como tres de sus pacientes en barrios marginales morían por abortar en sus casas en manos de un salvaje sin escrúpulos, a cambio de dinero. Hace varios años que trabaja gratuitamente en clínicas abortistas, calma a la mujer, habla con ella y trata de entender y hacerle comprender lo que va a hacer, el agujero que se le va a crear en el alma por ello. Cuando sabe que tiene que ser así, encomienda su alma a Dios, despide la vida del ser nonato y acomete la operación.

Por otro lado también conociste al doctor Rovira. ¿Qué te pareció?

P- Hmmm Rovira… sí. La sensación que tuve en el cuerpo cuando hablé con él fue desagradable. Me pareció un tipo… sucio y mezquino.

R- Efectivamente, así es. Rovira es un tipo despreciable, disfruta con su trabajo y con el dolor de los demás, trata de quitar siempre las dudas que traen sus pacientes dando a entender que es sólo una operación más que no entraña ningún riesgo y que la vida que viene dentro es como un tumor que se puede extirpar que no siente ni padece. ¿Ves la diferencia que hay entre uno y otro? Eso es lo único que importa en el acto de un ser humano, el bien que lo mueve y el amor que lo motiva. Los dos están haciendo lo mismo, pero mientras que el Doctor Medina lo efectúa como un acto de amor para evitar un mal mayor, el doctor Rovira lo hace motivado por el dinero y el placer deleznable que le produce el sufrimiento de sus semejantes. A eso me refería antes cuando decía que el bien y el mal conviven de forma caótica en este mundo.

P- Entonces según tú, lo que importa es la intención, pero siempre se ha dicho que de bienintencionados está el infierno lleno.

R- Jajaja…. Me encantan los refranes humanos. Mira… esta frase se refiere a otro tipo de buenas intenciones que nada tienen que ver con Dios. Me explico.

El sufrimiento existe porque son el vehículo que le pone Dios a los seres humanos para el crecimiento espiritual. Pero hay personas que en vez de aceptar sus penurias pasadas como parte de su bagaje para llegar a ser lo que son, se anclan en el resentimiento hacia su pasado y pretenden evitarles el sufrimiento a otros. El problema consiste en que para lograrlo hacen normas y leyes que a la larga hacen mucho más daño que beneficio. Para ponerte un ejemplo que te sea fácil de entender, el comunismo negó la existencia de Dios porque consideraba que oprimía al ser humano, se declaró la religión como el opio del pueblo y al triunfar la revolución, lo primero que se hizo fue abolirla. Se abolió la religión y se desterró a Dios de sus fronteras. Se inició una era en la que se impuso lo que se llamó el materialismo científico y el estado sustituyó a Dios.

Pero… ¿fue esa una solución para la opresión del ser humano? No. La realidad fue millones de personas apresadas y muertas por la represión del propio estado, al final la solución fue el principal problema. Es más, ni siquiera lograron desterrar a Dios de la Unión soviética, al contrario, los creyentes se afianzaron en sus creencias y te sorprenderías si supieras la cantidad de personas que murieron perdonando a sus verdugos. Las comunidades cristianas proliferaron por todo el territorio y siguieron sus ritos en secreto. Porque mi querido Juan de Dios, no hay nada que una y consuele más que las creencias y la fe, especialmente cuando se está perseguido.

P- Bueno… pero eso también lo pueden decir los comunistas que fueron perseguidos y oprimidos en España durante la época de Franco, por ejemplo.

R- Jajaja… y ¿tú crees que es lo mismo? Pues no, no es lo mismo. Lo que unió a los creyentes de la antigua Unión Soviética fue la fe en Dios el seguimiento de unas creencias en las que el amor y el perdón al enemigo lo son todo. Lo que unió a los perseguidos en España fue el odio al dictador y todo lo que representaba. El odio nunca es buen compañero de viaje, porque el odio exige venganza y si no la obtiene, crea más odio. Tú eso lo sabes muy bien, si no, dime sinceramente que opinas de tu compañero de trabajo: José de la Rosa o Pepe el comunista como lo conocen todos.

P- Bueno… es cierto que es un resentido y siempre está despotricando de todo y de todos, pero estuvo en la cárcel y le dieron varias palizas…

R- Es igual, si él hubiera estado en la posición de poder del carcelero hubiera hecho lo mismo o cosas peores.

P- Entonces… ¿me quieres decir que todos los comunistas son malos y van a ir al infierno como dice la iglesia?

R- Jajaja… No hombre, no, ni mucho menos. Las personas no son buenas o malas por las creencias que profesan, ni siquiera lo son por un hecho concreto, es su conducta la que los hace buenos o malos. Te repito lo que te dije casi al principio de la entrevista no es una cuestión de amar a Dios, que no lo puedes conocer sino a tus semejantes que los tienes a tu alrededor y sí puedes conocerlos. Al final de tus días no se te va a juzgar por tu fe, sino por tu conducta y seguramente a las puertas del cielo habrá la misma proporción de creyentes y de no creyentes, de cristianos, de musulmanes, de taoístas o de budistas, de judíos o de hinduistas. Todo eso a los ojos de Dios son minucias. Tu amigo Ramón García es un ejemplo de persona que se tiene ganado el cielo.

P- ¿¿Cómo?? ¿¿¡¡Ramón!!?? Pero si es el ateo y anticlerical más convencido que conozco. Odia a los curas y está siempre echando pestes de ellos ¡¿cómo se puede tener ganado el cielo?!

R- Jajaja. Pero mira que eres cerrado de mollera. A ver… ¿quién es el compañero de partida de cartas de Ramón los jueves?

P- Sí, sí… vale es Rogelio el cura, pero no veas las broncas que se traen los dos que muchas veces casi llegan hasta las manos.

R- Pero… ¿a que nunca llegan?, es más, no pueden estar el uno sin el otro y tú siempre les dices que en el fondo defienden ideas contrarias con los mismos argumentos. ¿Verdad que Rogelio nunca te ha dicho que Ramón contribuye en sus obras de caridad?

P- ¿¿Cómo??

R- Lo que oyes. Además de contribuir con Rogelio en la ayuda de los pobres de la parroquia, una vez a la semana lleva y sirve comida en los comedores para indigentes, lo hace anónimamente y lo más importante lleva a sus hijos con él desde que eran pequeños para que tengan contacto con la vida real, con el mundo de la pobreza y la miseria. Ya te dije antes que el bien y el mal conviven, hay tanta luz en la oscuridad cómo oscuridad en la luz. Todo es cuestión de elección.

P- La verdad es que esta conversación me está dejando muy confuso. Es demasiado lo que tengo que digerir.

R- Lo sé, si quieres lo dejamos aquí y otro día seguimos, tenemos tiempo.

 

Continuará…

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