jueves, 20 de noviembre de 2008

Los 30.000 niños que secuestró Franco

Leí en la prensa la noticia sobre el auto del juez Garzón. Vi una entrevista con el autor del libro en el que se habla sobre los 30.000 niños que secuestraron durante el franquismo. Lo reconozco, estoy alucinado.

¿¿De verdad es capaz de creerse alguien con el mas mínimo sentido común y perspectiva de la historia que eso puede ser verdad??

Pues les voy a demostrar que es IMPOSIBLE que sea verdad y las razones que esgrimo son las siguientes:

1º Durante los últimos setenta años de historia, sesenta y nueve si quieren contar desde el fin de la guerra civil, no ha habido personaje en España sobre el que se haya escrito más que sobre Franco. Sobre todo mal y especialmente en los últimos treinta años con la llegada de la democracia, aunque ya antes se habían escritos ríos de tinta sobre el dictador, aunque no fueran libros de libre circulación en España. Ni una nota, ni siquiera a pie de página, hablaba sobre secuestros de niños por parte del Régimen. Y mira que ha habido ansias por demostrar que es la encarnación del mismísimo Belcebú sobre la tierra.

2º Desde la llegada de la democracia hemos tenido con la presente cinco legislaturas de la izquierda representada por el PSOE y hay comunidades, como son las de Extremadura y Andalucía, en las que no conocen otro gobierno que no sea el de izquierdas desde la creación de la autonomía. ¿Ninguno se dio cuenta, ni sabía, ni había oído, ni se encontró alguna mención de lo que había pasado?

3º "Per se", las dos anteriores razones son suficientes, puesto que es imposible mantener un hecho como ese oculto durante 70 años, pero voy a darles un dato que creo aun más revelador del porqué es imposible:

30,000 niños son muchos niños para esconderlos. En un país como España, con unas costumbres y apegos familiares y de valoración de la amistad tan importantes, es muy difícil que se pudiera dar algo así. Hagan el siguiente cálculo muy sencillo, si a cada niño le adjudicamos al menos, aparte de sus progenitores, tres familiares cercanos y tres amigos de sus papás, es decir seis por niño, nos da la cifra de 180.000 personas que lo sabían. ¿¿Tan hijo de putas fueron todos que ninguno buscó, denunció, escribió o pataleó por ellos?? Hmmm... ¡que raro! Porque no me negarán que al menos es raro. Es que además si esto fuera verdad, todos aquellos que volvieron con la democracia y sólo se ocuparon de recuperar sus cargos, bienes, pensiones o graduaciones militares perdidas por el obligado exilio... merecerían bajo mi punto de vista apelativos nada agradables por no haberse ocupado de lo mas importante: ¿Que fue de mis niños? Primera pregunta lógica de una persona de bien.

Y “enhablando” de niños, de los que sí se tiene constancia fue de los que se llevaron a Rusia, pero de eso nadie se acuerda, porque se los llevaron los “buenos”.

Lo peor del caso, a mi modesto entender, es que a base de demonizar a Franco, lo terminarán haciendo bueno, porque si se empeñan en decir que era tan malo que cenaba niños crudos por las noches y se demuestra que es mentira, la gente empezará a pensar que todo lo demás también lo es. Recuérdese que “el mayor enemigo de una idea es la exageración de la misma”. Y con Franco se está exagerando, los “Hunos” porque lo quieren convertir en demonio con cuernos y rabo, los “Hotros” porque siempre pretendieron hacerlo santo y subirlo a los altares.

Últimamente no hago más que pensar en las simetrías y los paralelismos y la situación que se vive ahora con Franco, me recuerda a la de mi niñez cuando leíamos las “Vidas Ejemplares” de los santos, sólo que ahora es al revés. Pues que lo sepan todos, lo mismo que yo odié a los santos por aquellos panfletos, vendrán generaciones nuevas que adorarán a Franco por estos panfletos y flaco favor se le hará a este país.

Es muy fuerte que Garzón en medio de su especial “Delirium Tremens” haya logrado encontrar eco entre tanta gente que por el simple hecho de odiar al dictador y su época -probablemente con razones más que suficientes para ello-son capaces de dar pábulo y credibilidad a cualquier argumento para denostarlo aún más.

No me extraña que haya tenido que pedir el certificado de defunción de Franco, es que parece increíble que esté tan vivo después de treinta y tres años en la tumba.



Juan Carlos Domínguez Siemens

1 comentario:

Anónimo dijo...

Eso que denuncias y "el clima" que se está creando me hacen pensar en la magnífica manipulación política para desviar la atención de otros asuntos...no hay más que escuchar a Pepiño Blanco ¿Habla alguna vez de lo que ocurre en el país?
sería un buen ensayo agrupar todos sus comentarios televisivos y ver "el asunto" del que siempre trata...
Saludoooosss