lunes, 3 de agosto de 2009

La calor, los políticos y los bancos

Emulando la campaña de publicidad de una cadena de supermercados, que pasará a la historia por ser la más hortera y zafia de todos los tiempos: ¡Ños que calor!

Aunque para acaloramientos, los debates políticos que he leído en varios foros en las últimas fechas. No sé si son apreciaciones gratuitas mías, pero yo diría que la política y los políticos están cada día más lejos de los ciudadanos. Es curioso ver como los convencidos de siempre de uno y otro lado, han dejado de hacer defensas a ultranza de los suyos, para terminar las conversaciones con un: “si es que al final todos son iguales”, frase lapidaria que encierra todo el desencanto de una sociedad hastiada de lo público.

No es una situación nueva, pero me da la impresión de que algo está cambiando. No, evidentemente, en los políticos, sino en los ciudadanos. Cada día se nos atragantan más las ruedas de molino con las que nos quieren hacer comulgar y la gente no perdona que en lo único que se han puesto de acuerdo en las últimas legislaturas haya sido en subirse el sueldo de forma escandalosa.

En una época de crisis como la que estamos viviendo, en la que ya no hay ni sitio en los cinturones para hacer nuevos agujeros y apretarlo más, sangra el que unos señores que dicen representarnos, en lugar de dar ejemplo y reducirse solidariamente el sueldo un 15 o un 20 por ciento, acuerden subírselo.

Sangra además por varias razones, por un lado, por lo insolidario e irrespetuoso con sus representados y por otro porque si se suben el sueldo es porque piensan que están mal pagados, cuando la sensación que tenemos todos es que cobran demasiado para lo que hacen.

La brecha que se va abriendo entre político y ciudadano cada día es mayor, hoy sin ir más lejos salió el baremo del Consejo Económico y Social sobre la valoración de los políticos en Canarias. Sorprende que habiendo suspendido tanto el gobierno como la oposición, se premien a sí mismos con la subida de sueldo. O están tan contentos con su labor, que creen que no se puede mejorar a pesar de lo que opinen los electores, o quizás es que piensan que para mejorar tienen que cobrar más. Vete tú a saber la lógica que siguen éstos.

El grave problema de la democracia española reside en las listas cerradas, cuando vamos a votar no podemos hacerlo por los políticos que más valen o que nos merecen mayor consideración, sino a unas siglas bajo las cuales hay una lista de nombres. Siempre se sabe más o menos, cuántos de esos nombres ganarán su asiento en el congreso, dependerá por del número que ocupe de la lista. ¿Y quién decide la lista? Por supuesto el partido político al que pertenecen. Y entonces ¿a quien le debe el diputado de turno su escaño? Al partido bajo cuyas siglas se presenta. Siguiendo con el silogismo, si el escaño se lo deben al partido, cuando va a votar en el congreso una ley ¿a quién quiere contentar el diputado, al partido o a los votantes? La respuesta es otra vez: al partido. Y así los partidos logran disciplina de voto y los votantes somos un mero vehículo para perpetuar un sistema que claramente nos perjudica.

La solución pasa por cambiar la ley electoral y hacer listas abiertas, pero para eso se tienen que unir los dos grandes partidos y proponerla. En la época feudal, el señor era dueño del único molino y cobraba por usarlo para hacer harina, no me imagino al señor reuniéndose con otros señores vecinos para que se hicieran todos los molinos que se quisiera y cada uno moliese su trigo donde prefiriera. Lo mismo pasa aquí, teniendo los partidos tan controladitos a sus siervos, no los veo cambiando la ley electoral para que de repente a los diputados les dé por votar en conciencia. Porque con las listas abiertas serían los votantes los que decidirían el escaño y le exigirían que lo hiciese. Como ocurre en democracias mucho más antiguas que la nuestra como son la estadounidense o la británica.

Otro sofoco de esta semana ha sido en el banco, no voy a decir cual, porque como los políticos, presupongo también que son todos iguales. Llevé un pagaré al descuento y cuando me pasan la liquidación leo que me cobran un T.A.E. del 15%. Y esto ocurre además el mismo día en que leo que el Banco que quiere ser mi Banco, (según su publicidad) ha obtenido un beneficio record en el primer semestre del año con nosecuantos muchimillones de euros.

¡Carajo! Pensé yo para mí mismo y mis adentros interiores. De modo que el gobierno con mis impuestos les da pasta y avales a éstos para que el dinero circule. Ellos lo compran al 1% aproximadamente, es decir la tasa más baja de la historia y a mí ¡me lo venden al 15%! Pero eso no es nada, te retrasas un mes en la hipoteca y te caen encima, te llevan al juzgado y te clavan los gastos y encima cuando pagas te ponen una carta delante para que la firmes en la que les das derecho a que te fusilen después de cobrar(No piensen que exagero, tengo copia de la carta, de lo único que no habla es del paredón, pero imagino que es porque no tengo el seguro de vida al día, que si no para ellos valdría más muerto que vivo).

Pero es que una muestra más de la ineficacia de los políticos está en la ley hipotecaria, en todos los países de la OCDE el bien hipotecado responde por la hipoteca, en España no, en España responde el bien y todo lo que te puedan trincar, es decir tu patrimonio completo, tu sueldo, etc. etc. Y digo yo: ¿Dónde han estado los partidos de izquierda en este país? ¿Es que no se llama Partido Socialista Obrero Español el que gobierna ahora? ¿Cómo es posible que un partido que presume de obrero y de izquierdas permita que esta situación se perpetúe? ¿Cómo es posible que cuando los bancos pierden, perdemos todos y cuando ganan sólo ganan ellos?

Con la situación en la que estamos viviendo ¿Cómo es posible que se defienda al poderoso, es decir al banco, en contra de las miles de familias que están teniendo problemas con las hipotecas?

¿Por qué este gobierno, para demostrar que es de izquierdas, en vez de hacer leyes como la de memoria histórica, y desenterrar viejos odios, no hace una nueva ley hipotecaria que nos afectaría prácticamente a todos los ciudadanos?

La respuesta sólo la saben los que dormitan en el congreso esperando la próxima subida de sueldo.

Juan Carlos Domínguez Siemens

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