viernes, 6 de junio de 2008

Extracto de María La Plañidera

Habían llegado caminando a través de veredas y caminos de cabras hasta el borde de unos riscos que bordean los barrancos de Tunte y San Bartolomé. Al atardecer del primer día, con las chicas rotas por el gotamiento de la caminata y el sobrepeso, se sentaron en un circulo...

..."Aguedita comenzó a hablar.

- Hasta este momento no les he dicho el propósito de este viaje, ni quienes somos, ni que queremos de ustedes. Mi nombre, como Fela les dijo, es Águeda, pero todos me conocen como Aguedita la plañidera. Ellas son Rosa y Carmen, también plañideras. Las hemos traído porque Fela sabía desde hace meses que iban a llegar y nuestra misión es iniciarlas en el arte de plañir. Tal y como nos enseñaron a nosotras más o menos a su edad. Imagino que saben lo que es una plañidera y a lo que nos dedicamos ¿no?
-No
-Pues una plañidera es una mujer que sabe llorar. ¿Ustedes han llorado alguna vez?
-Sí, claro, muchas veces-dijeron mirándose unas a otras-
-¿Creen que han llorado de verdad? A ver... señálense el punto desde donde les sale el llanto.
Ellas miraron sin comprender.
-No se a que se refiere, yo cuando lloro, lloro, no sé desde donde lloro, no me pongo a pensar en ningún punto. Imagino que lloro desde el alma.-Dijo Consuelo-
-Yo tampoco sé desde donde lloro-esta vez fue Soledad-
-Yo creo que sí sé-dijo María ante la mirada sorprendida de sus hermanas- desde aquí, desde el corazón – se señalo el centro del pecho-
-¿Y cómo te quedas después de llorar?
-Mal, me noto una opresión en el pecho y la espalda.
-Muy bien ¿ustedes que dicen? ¿Sienten lo mismo después de llorar?
Asintieron con la cabeza y aguedita continuó.
-Bien, les voy a explicar una serie de cosas que ahora les va a sonar a chino, pero no se preocupen. Simplemente escuchen con atención, lo que les voy a decir estos tres días se irá abriendo paso en su mente y llegarán a comprenderlo perfectamente. Para empezar, nosotros somos energía, todas las personas lo somos y de esa energía una parte la usamos en este mundo y otra la usamos para anclar a los muertos con nosotros. La energía con la que anclamos a nuestros muertos, es la culpa, el resentimiento, la rabia y el amor mal entendido y egoísta, también podemos llamarlo como “el miedo a perder”. Todo esto provoca una cosa que vamos a denominar genéricamente como “dolor”, que es la mayor energía negativa que produce un ser humano. Pero la energía es sólo una, mientras más usemos para el anclaje a los muertos a través de ese dolor, menos energía nos queda para vivir y ser completos en este mundo.

...

Comienzo de las enseñanzas de Aguedita, a María y sus hermanas en... "María La Plañidera"

No hay comentarios: