miércoles, 10 de junio de 2009

Don Gregorio, Agaete y el “mensaje a García”

Don Gregorio es uno de los personajes que forman parte de mi particular Olimpo de dioses menores.

Don Gregorio es un hombre de origen humilde, nacido en Agaete y con una historia particular muy interesante. Facha e intransigente de palabra, matarrojos de verborrea fácil, del Real Madrid, de Franco, de D. Santiago Bernabéu y de Dios.

Don Gregorio tiene más de setenta años y en toda su vida desde que tiene uso de razón no ha hecho otra cosa mas que trabajar. Es inteligente, socarrón, diligente, incansable y conseguidor (siempre consigue lo que quiere).

En el trabajo, siempre (aún hoy con setenta y un años) es el primero en llegar; se levanta todos los días a las cinco de la mañana y alarga su día laboral hasta las siete de la tarde. Salvo los viernes que interrumpe a la una para encontrarse con la “víctima propiciatoria” para un almuerzo que a poder ser se alarga hasta la noche con bebida y fandango. Aunque cada vez menos por cosas de la edad.

Recuerda cómo cuando era niño y volvía de trabajar en los tomateros de Agaete, se paraba a ver cómo Pepe Dámaso pintaba paisajes. Para Pepe Dámaso seguirá siendo siempre Lolo, el niño que lo miraba pintar.

Vino a las Palmas a hacer la mili, como sanitario aprendió a poner inyecciones y primeros auxilios y lo mandaron a Agadir a socorrer las victimas del terremoto. Tras la mili, cuando volvió a Agaete cuenta su gran sorpresa al ver como el "Roque Partido" de su niñez se había convertido en "El dedo de dios" gracias Pepe Dámaso. Volvió a Las Palmas y tras pasar muchas penalidades entró a trabajar en almacenes Caspe donde se formó cómo uno de los mejores comerciales de canarias en sanitarios y equipos hidráulicos.

Don Gregorio es un hombre grande, un tanto desparramado hacia los lados, pero fuerte como un toro. He tenido la suerte de trabajar junto a él más de un año y he tenido largas conversaciones. Don Gregorio no sé complica demasiado la existencia con filosofías complicadas, todo es sencillo si se simplifica y el tiende a hacer las cosas fáciles. Su frase favorita: “los humanos somos una mierda”, resumen de su apreciación acerca del comportamiento humano que impide la sorpresa frente a la maldad o la mezquindad.

La madre de Don Gregorio era una mujer culta que leía mucho y a pesar de sus ideales de izquierda jamás se enfrentó o trató de corregir los convencimientos franquistas de su hijo. Su libro favorito  es “El Conde Lucanor”, del que le encanta contar el ejemplo sobre la amistad.

Ayer hablaba con Gregorio y me preguntó si conocía “Una carta a García” al contestarle que no, me respondió que la buscase en internet y la leyera. Así lo hice y la verdad es que el asunto tiene su miga, es un artículo periodístico de finales del siglo XIX que ha dado la vuelta al mundo y del que se han publicado muchos millones de ejemplares.

Tan famoso llegó a ser que en la guerra Ruso – Japonesa de principios del siglo XX, a todos los soldados Rusos se les entregó una copia, copia que portaban los que caían prisioneros de los japoneses. Aquél papel llegó a intrigar tanto a los japoneses que lo lo mandaron a traducir y al ver su contenido lo repartieron por todos los estamentos de la burocracia y el ejercito.

El nexo común entre “El Conde Nicanor” y “Una carta a García” está en su fondo ejemplarizante y moralizante. De cualquier manera el texto es interesante pues aún hoy en día tiene vigencia, les dejo un enlace para el que lo quiera leer. Un Mensaje a Garcia

De todas maneras lo que es realmente impresionante en Don Gregorio y lo que me hace admirarle es su entusiasmo por la vida, del que siempre espero contagiarme un poquito.

 

Juan Carlos Domínguez Siemens

No hay comentarios: